En términos generales, el marfil es un material duro y blanco proveniente de los colmillos y dientes de los animales. El marfil está compuesto principalmente por dentina. Independientemente de la especie de origen, la estructura química de los dientes y colmillos de los mamíferos es la misma.
Más específicamente, el marfil de mamut proviene de los colmillos de cualquier especie de mamut que pertenezca al género extinto de elefántidos llamado Mammuthus. Nuestro marfil de mamut proviene del mamut lanudo (nombre científico: Mammuthus primigenius), que fue la última especie del género Mammuthus. Los mamuts lanudos se extinguieron hace aproximadamente 4,000 años.*
El término “marfil de mamut” abarca lo que a menudo se denomina “corteza de mamut”. La corteza de mamut forma la capa externa de un colmillo de mamut, mientras que el marfil de mamut es el núcleo interior del colmillo (para hacer una analogía, piensa en los árboles). La corteza de mamut presenta fascinantes texturas de pátina y coloraciones naturales únicas, mientras que el marfil de mamut tiene una textura uniforme y las típicas coloraciones del “marfil” (generalmente blanco o blanco crema).
Durante cientos de miles de años, los mamuts lanudos, también llamados mamuts del norte o siberianos, habitaron las vastas llanuras de permafrost del Ártico. El permafrost es suelo que permanece continuamente por debajo de 0 °C (32 °F) durante dos o más años. Se forma a partir de hielo que retiene diversos tipos de suelo, arena y roca en combinación. El clima extremadamente frío de Siberia junto con el permafrost ofrece las mejores condiciones para la excelente preservación de los restos de la especie, tales como huesos, cadáveres, molares y colmillos.
Las excelentes condiciones climáticas de Siberia para la preservación del marfil de mamut no deben interpretarse como una garantía de que los colmillos de mamut siempre se encuentren en buen estado o como piezas completas. Recuperar colmillos completos de mamut en condiciones de alta calidad es algo raro. Descubrir un par de colmillos que pertenecieron al mismo animal es literalmente como encontrar una aguja en un pajar gigante.
En realidad, la mayoría de las veces sólo se recuperan piezas pequeñas de marfil de mamut. Estos fragmentos suelen estar rotos, agrietados, deteriorados y cubiertos por capas de barro duro que se han acumulado durante miles de años. Además, estas piezas de marfil de mamut (incluyendo corteza o fragmentos de colmillo) casi siempre están empapadas de humedad en su interior. Esto requiere un delicado proceso de secado que dura muchos meses (a menudo años) bajo condiciones climáticas controladas.
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Bibliografía: